Elegir un sustrato para el huerto
Turba: Son materias de origen vegetal y sus propiedades físicas y químicas dependen de su origen. La turba rubia tiene más materia orgánica, buen nivel de retención de agua y aireación y la negra un nivel deficiente de aireación pero gran cantidad de sales solubles.
Fibra de coco: Retiene hasta 3 o 4 veces su peso. Su PH es ligeramente ácido pero tiene muy baja densidad y una porosidad excelente. Es un sustrato químicamente inerte. Suele venir presentada en forma de ladrillos de fibra prensaa que hay que poner en agua para que aumente su volumen.
Grava: La más habitual es de cuarzo y piedra pómez con no menos de un 10% de carbonato cálcico. Alta densidad, baja retención de agua y buena porosidad.
Arena: Tiene una densidad similar a la grava. Retención media, su porosidad va disminuyendo con el tiempo porque tiende a compactarse.
Vermiculita: Se obtiene tras exfoliar mica a temperaturas de 800ºC . Su densidad es baja y es un excelente aireador. Puede contener hasta un 8% de potasio y un 12% de magnesio asimilables. Su PH es casi neutro por lo que se puede utilizar como corrector del PH.
Estiércol (de oveja, conejo, caballo, gallina): Son los excrementos de estos animales. Deben aplicarse cuando ya han fermentado y nunca en fresco. Contienen nitrógeno, fósforo, potasio y micronutrientes como Cu, Zn, Fe, Mn.
Compost: Se obtiene a partir de la descomposición de residuos orgánicos (restos de plantas, animales, residuos alimentarios…). El compost mejora la estructura del suelo, incrementa la cantidad de materia orgánica y proporciona nutrientes.
Humus de lombriz: Es el resultado del compostaje de materia orgánica que realizan las lombrices. Mejora la estructura del suelo, la porosidad, el crecimiento de las raíces y favorece la asimilación de potasio y nitrógeno.
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